En medio de los verdes bosques, un joven a perdido el camino. Va de un lado a otro buscando refugio, calor... AMOR.
En medio de la noche, llace sobre un tronco caído y viejo. Alza la vista y solo puede ver como las nubes obstruyen la luz de la Luna.
En medio de la desaparición, se apoya sobre sus rodillas y llora, pidiendo respuestas a un cielo q no se deja ver...
Un anciano sale de entre medio de los altos arboles y le dice:
-Porque lloras joven del bosque?
-He perdido el camino.
-Y que te hace pensar eso?
-Pues no se donde estoy, ni adonde debo ir!!!
-Pues entonces no estas viendo bien, pues todos sabemos donde estamos.
-Claro, estoy en medio del bosque. Pero hacia donde debo ir?
-Veras... eso es algo que todos nos preguntamos, pero no podemos contestarlo con lágrimas.
-¡¡Que sabes tu viejo... Déjeme en paz!!!!
El joven se paro y decidió marcharse, mientras que el anciano le dijo:
-Si no eres capaz de escuchar a los demás, jamas seras capaz de escuchar los gritos que provienen de tu interior...
-Que puede saber un viejo de mi interior. No me conoces!!!!
-Se mas de ti viendo solo tus ojos que tu mismo de ti, que llevas toda tu vida contigo mismo.
El joven le largo una mirada de desprecio al anciano sentado en aquel tronco caído y viejo.
El anciano apunto con su bastón al joven que se marchaba hacia la oscuridad.
El joven paro de golpe y en su interior resonaba claramente una canción:
Tu puedes creer, que esta historia es real,
Tu me haces sentir el riesgo de la noche.
Puedes decírmelo, si me amas,
Y veras las mil hadas del cielo.
Puedes darme, tormentas y amaneceres.
Quedate conmigo en las tierras del fuego.
Tu me haces sentir, que la historia es real,
Tu puedes creer, en el riesgo de la noche.
Puedes decírmelo, si me amas,
Y veras las mil hadas del cielo,
Puedes darme, tormentas y amaneceres,
Quedate conmigo en las tierras del fuego.
El joven cayó sobre sus rodillas, y aquel anciano se le acerco por la espalda, poso su mano sobre su hombro, y le dijo:
-Levantate, es momento de continuar...
De pronto, las nubes comenzaban a borrarse del cielo. La Luna iluminaba un verde bosque lleno de vida.
Ahora se podían ver las mil hadas del cielo, mostrando un camino que solo el entendía.
El joven se paro, se dio media vuelta, y miro a en los ojos del viejo.
-Siento que te conozco.
-Pues entonces haces lo correcto... SIENTES!!!
-Pero a veces sentir conlleva sufrimiento... o no?
-Entonces la próxima ves que sientas el sufrimiento creciendo en ti; detente mira el cielo, y solo ahí, PIENSA. Solo así escucharas las melodías que tu alma esconde.
El joven levanto la frente y miro las hadas estáticas en el cielo, que hacían compañía a la Luna.
-Las Tierras del Fuego, solo las encontraras en ayuda del Sol... debes seguirlo!!!
-No te preocupes... LO SIENTO!!!
El joven se interno en el bosque, mientras aquel anciano del bosque, se convertía en un tronco caido y viejo...